Un estudio de la CAME estableció que esa es la participación sobre el precio final que paga el consumidor argentino. De lo que vale en góndola, menos del 13% llega al productor.
Un estudio elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) revela que los impuestos explican el 44.8% del precio que paga el consumidor por un kilo de durazno fresco, mientras que el productor primario sólo es responsable del 12.8%.
Argentina se encuentra entre los tres principales productores de esta fruta de carozo en el Hemisferio Sur, con más de 100 mil toneladas anuales -para industria y fresco-, destinando más del 60% a la industria, más del 30% al consumo en fresco y más del 1% a la exportación en fresco.
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La provincia de Mendoza concentra el 83% de la producción de duraznos del país, con aproximadamente 6000 hectáreas implantadas, seguida por Río Negro y Neuquén, con unas 750 hectáreas implantadas, según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
En cuanto al volumen comercializado entre los meses de noviembre a abril en el Mercado Central de Buenos Aires, se estiman aproximadamente unas 19.500 toneladas de durazno en fresco.
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