19 de Junio de 2021 09:09 HS
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La isla tiene quien la cuide

"Comunidad Islera Asociación Civil" nace como respuesta proactiva de un grupo de pobladores ante un escenario volátil en relación al tema de los incendios en el sector de Islas de Victoria. Una sinergia inédita en materia de diagnóstico y solución conjunta.

Federico Aguer

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Durante todo el año pasado, los fuegos en la zona de islas santafesinas y entrerrianas fueron una constante que requirieron de una inédita movilización de recursos para poder mitigarlos. A lo largo del proceso se escucharon los reclamos de los damnificados, se buscaron culpables y se propusieron soluciones.

Sin embargo, en tanto no se especifiquen las causas de fondo del problema, nuevas condiciones climáticas predisponentes anticipan que el fenómeno volverá a repetirse. Por eso, un grupo de interesados en trabajar para prevenirlo decidieron hacer algo al respecto, desde adentro. Se trata de una amalgama de productores ganaderos, cabañeros de turismo, apicultores, moradores de fin de semana y baqueanos que viven o trabajan en la isla, y a quienes el fuego les pegó desde el inicio.

La isla: un lugar muy especial

El presidente de la Asociación es el Ingeniero Agrónomo Leonardo Scarparo, cuya familia trabaja en la zona la ganadería desde el año 1938. "El sentido de juntarnos es para cuidar lo que tenemos en cuanto a las posibilidades productivas; la cultura y las necesidades de la isla, independientemente de ordenar un espacio que es muy visitado por los rosarinos", le dijo a Campolitoral. "Ha cambiado mucho la dinámica, sobre todo del turismo. Años atrás no había el movimiento actual. He llegado a encontrar 50 lanchas haciendo campamento en la propiedad privada", recordó.

Scarparo destaca los motivos de fondo: "queremos hacemos énfasis en la cultura islera, uno de los últimos bastiones de los gauchos que trabajan de a caballo. Somos un grupo de 20 productores, pero también hay unas 40 personas más relacionados con otras actividades. Estamos recién nacidos, y tratando de difundir en una actividad que creemos profundamente. El fuego fue quien nos aglutinó".

El grupo está trabajando con la Secretaría de Medio Ambiente de Entre Ríos a través de una intensa agenda de capacitación, y en políticas tendientes al control del recurso. En lo inmediato proponen acciones concretas para resolver un problema histórico. "Nos han culpado por todos lados de forma subjetiva, porque no hay ninguna prueba. Es más, hay causas judiciales contra dueños de campos, algunos de los cuales ni siquiera tuvieron fuego. Es una situación injusta que no entiendo. Hubo gente detenida que no eran locales pero no se llegó a ninguna conclusión".

En este sentido expresó que apuntan a mejorar todas las actividades que se desarrollan en la isla, las productivas y a ordenar el turismo. "Para los habitantes hay mucho para hacer: queremos mejorar la calidad de vida de toda esta gente".

En esta etapa inicial, se han conformado varias comisiones para atender todos los aspectos: desde ganadería hasta el turismo, pasando por pobladores, seguridad, apicultura y respuesta a catástrofes.

Unirse o desaparecer. Bajo esa consigna, el grupo decidió dejar sus diferencias de lado para enfocarse en la solución de un problema común: el fuego.

Dinámica particular

"La ganadería de isla es muy peculiar, tenemos una dinámica de pastos distinta a la actividad en tierra firme", dice. "Allí la oferta forrajera se arma en base a la demanda de los animales, y cuenta con pasturas y verdeos para armar esa oferta constante todo el año. En la isla las condiciones son distintas, tenemos un crecimiento de las especies de canutillos de un valor forrajero muy alto pero que se da en períodos muy puntuales: tenemos producción alta durante la primavera pero en invierno se mantiene a duras penas y hay que adecuarse a esto. Además, todo este panorama se complejiza por la altura del río, porque hay situaciones cuando nos tenemos ir o achicar la cantidad de hacienda".

Scarparo explica que ellos invernan los novillos, " y si tenemos suerte y podemos permanecer 20 meses, los sacamos como novillos gordos. De 200 a 480 kilos a 500 kilos en dos años de trabajo". También aclara que es una actividad 100 % orgánica, porque estos animales consumen sólo pastos naturales.

"La ganadería en estas islas tiene más de 200 años. Hubo una época con mucha hacienda en la isla, inclusive en Rosario había bretes municipales para descargar animales a mediados de los 70. Es más: Swift tenía barcos y bretes para carga y descarga, luego de lo cual cayó abruptamente. En 1975 una vaca valía menos que un par de zapatos. Por otro lado, entre 2000 y 2009 hubo un aumento de gente sin experiencia en la actividad. Entraron muchas cabezas que luego salieron para no volver nunca más. Hoy estamos en un momento donde las islas están a un 50 % de su capacidad de carga: unos 0,7 novillos por hectárea".

Capacitación. La prevención y manejo del fuego requiere de conocimientos específicos. 

El fuego siempre está

Consultado respecto al tema del fuego, expresó que es un tema ancestral, pero que "se usaba de forma limitada a los lugares donde estaba la paja brava, una pastura que se seca y lastima al animal cuando la come. De allí que se la quemaba, para que el vacuno comiera el rebrote tierno. Después, se dejaban pasar 5 años para volver a quemarla. Se hacía al finalizar el invierno y comienzos de la primavera".

En referencia a lo ocurrido durante todo el año pasado, sostuvo que se quemaron grandes extensiones de canutillo, "algo que nosotros no hacemos, porque el canutillo seco (y algo de verde) es el único recurso alimenticio en invierno y en épocas de seca. Además, tiene características forrajeras muy importantes. Quemarlo no está en armonía con nuestras prácticas". Y expresó que si la ganadería va en retroceso pero los eventos de fuego fueron creciendo, eso demuestra que no tienen relación. "Si además se analiza el hecho que somos cada vez menos productores y en 2020 los fuegos tuvieron una virulencia inusitada, nosotros fuimos los más perjudicados porque sufrimos la quema de campos, de alambrados, de instalaciones y hasta de propiedades; ha sido un perjuicio muy grande".

Apoyo oficial. Los integrantes del grupo remarcaron la ayuda ofrecida desde los inicios por la Municipalidad de Victoria y el gobierno de Entre Ríos. 

Sumarse contra el fuego

Esteban Hernández lidera la Comisión contra catástrofes e incendios, y no puede contener su entusiasmo. "Nosotros cada vez que nos incendiamos vemos que el ataque contra los isleros y los ganaderos es cada vez mayor. Y también veníamos viendo que desde 2008 (más allá de algunos talleres teóricos) nunca se pudo implementar de manera concreta un plan de prevención de incendios en la zona de islas. Quedaban en el papel y nunca se plasmaban, y después venían las bajantes, las heladas y el fuego nos pasaba por arriba".

Henández destacó que llegó la hora de comprometerse. "Uno ve que en el manejo de la urgencia y mediático todos son reclamos, y nunca había nada propositivo. Siempre había que buscar un culpable, pero eso no resolvía el tema de los fuegos. Necesitábamos juntarnos con todos los actores. Se trata de un área inmensa, de más de 375 mil has que requieren de un trabajo presencial".

En 2017 se produjo un hito fundamental: se votó la ley de áreas protegidas de Entre Ríos, que dice que desde el Estado se debe construir un espacio permanente donde se junten todos los actores interesados en proteger la zona y vivir en ella. "Hay distintas formas de protección ambiental. En este caso es de usos múltiples, ya que permite mantener las tradiciones culturales y productivas de más de 200 años con respeto por los otros actores y sobre todo por el bien del humedal", afirma.

También destaca que rápidamente contaron con el apoyo de la municipalidad de Victoria con quienes empezaron a reunirse y surgió la idea de definir los principios comunes: en talleres de reflexión sobre los principios comunes que van a regir la interacción de esta área protegida. "Es interesante que no necesitamos esperar a la Ley nacional de humedales, ya que podemos trabajar con el marco jurídico disponible", asegura.

Inventario. Una de las propuestas pasa por conocer las herramientas disponibles para poder utilizarlas de la mejor manera. 

En este contexto, remarcó que pudieron avanzar mucho a instancias del gobierno municipal, provincial, y con unas 60 entidades, con la idea de dialogar hasta concluir los preceptos que permitan tener un plan de manejo acordado entre todos los actores. "Luego, que la sociedad civil se empodere para controlar y que todos lo cumplan. La gente de Rosario es partícipe de esto, sumándose a los distintos talleres, y esto está generando un espacio de diálogo muy interesante".

Para este productor, no hay forma de proteger un lugar si todos los involucrados no se suman (ganaderos, apicultores, cazadores, turistas, habitantes) y así consensuar valores comunes para tratar entre todos de cumplirlo. "Si lo podemos cumplir, el humedal está protegido", asegura.

Sin embargo, el desafío más urgente es mejorar en cuanto al manejo del fuego. "Estamos participando de este espacio a través de la comisión de ordenamiento territorial que ordena la ley y hay un tema crítico: desarrollar urgente un plan de prevención y manejo del fuego. Porque el fuego es el principal elemento de conflicto entre todos los participantes y sectores sociales que interactúan en el humedal". Y adelantó que el río está muy bajo, no llueve, no hay vacas y hay heladas: "están las condiciones ambientales para que vuelva".

Finalmente, remarcó que presentaron un proyecto a las autoridades basado en la ley de fuego de Entre Ríos. "Estamos capacitando a los socios para recuperar y ordenar a esas personas que se preocuparon por el fuego, porque hay voluntarios o agentes que se suman pero no tienen capacitación. Tenemos la figura del bombero voluntario, y convocamos para instalar una Asociación de Bomberos Voluntarios en la cabecera del puente, que permitiría capacitar a toda esa gente de Rosario y Ente Ríos para tener conocimiento para luchar contra el fuego".

El segundo punto a concretar es hacer un relevamiento de pobladores para estar en contacto permanente con un dentro de monitoreo donde puedan actuar en red. "Y si vemos un humo, contactarnos con el morador del lugar para ver si necesita ayuda, y de qué tipo, y una vez hecha la red de referentes de pobladores vamos a atender la emergencia rápidamente. También queremos hacer un inventario de recursos, porque muchos moradores los tienen, como herramientas, bombas de agua, etc, que pueden concentrarse rápidamente para apagar el fuego. Finalmente, pedimos voluntarios para capacitarse en monitoreo satelital: nos falta la interfase de voluntarios para realizarlo. Con voluntarios, los planes se sostienen. Y además hay recursos estatales, que a veces demoran en llegar porque no hay un plan. Los anfibios del Ejército o las naves de la Armada Argentina pueden ayudar mucho", aseguró.

Propuestas superadoras

Crear una sede de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Victoria en la zona de la cabecera Oeste del Puente y capacitarlos. Armar una cuadrícula de todas las islas, identificando dónde está ubicado cada poblador que podría actuar de referente local en la lucha contra el fuego. Implementar un sistema de comunicación con todos los pobladores y la sede de la ABVV. Instalación de cámaras. Colaborar en una campaña de sensibilización ciudadana, para insistir en que los pobladores denuncien los fuegos accidentales e intencionales, los robos de hacienda y bienes en la zona de isla, y que también comiencen a denunciar daños ambientales. Convocar a voluntarios para monitorear las imágenes satelitales, previa capacitación.

El marco normativo

La ley 9868 de 2008 de Entre Ríos plantea la necesidad de prevenir la problemática del fuego en las áreas urbanas y rurales de la provincia. Para eso establece que se debe fomentar la formación de Consorcios de prevención y lucha contra incendios. Asimismo la provincia promulgó la Ley 10.479 de "Sistemas de Áreas Naturales Protegidas", que enfatiza que solo con la participación de la ciudadanía se podrá generar el cambio de hábito necesario para proteger áreas naturales; y para ello se crean las Comisiones Locales que deben ser convocadas por la Dirección de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia. En 2008, las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires conjuntamente con el Gobierno Nacional elaboraron el PIECAS (Programa Integral Estratégico para la Conservación y el Aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná). En 2019, Entre Ríos promulgó la Ley 10.671 que declara a la zona de las islas del Distrito Victoria alcanzada por la Ley 10.479. Con este marco legal, este año participaron en el Comité de Ordenamiento Territorial convocado por la Municipalidad de Victoria y la Provincia. En las sucesivas reuniones todos los actores plantearon su preocupación para acordar acciones para minimizar el flagelo del fuego, sobre todo, sabiendo que la bajante del Paraná y la llegada de heladas y lluvias escasas generarán el ambiente propicio para nuevos eventos ígneos.

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