"Cortes populares": frigoríficos consumeros se suman al plan del gobierno, pero ponen reparos

Juan Manuel Fernández | [email protected]

"Estamos trabajando con el sector exportador para un esquema de precios que yo llamo especiales, porque no son de mercado", reconoció el presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), sobre el anuncio que el gobierno haría esta semana para proveer "cortes populares" a los consumidores argentinos.

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A diferencia del Consorcio ABC, integrado por empresas de exclusivo comercio exterior, las firmas socias de FIFRA también atienden el mercado interno y por eso la cautela. "Nosotros siempre tenemos especial cuidado en este tipo de convenios, porque nuestras empresas son mixtas y cuando se hacen estos acuerdos de precios especiales, que no son de mercado, hay que ser cuidadosos para no distorsionar el mercado porque podría complicarle la vida a algún operador", dijo el industrial, en referencia la "competencia desleal" que pudiera generar.

Por ese motivo, Urcía sostuvo: "queremos ser muy responsables en informar con tiempo los volúmenes disponibles y los locales donde encontrarlos para no generar falsas expectativas".

En las últimas horas, el Ministro de la Producción, Matías Kulfas, declaró a la prensa que el precio de los alimentos preocupa al gobierno. Por ello dijo: "tendremos novedades sobre una especie de canasta para comercializar cortes de carne a precios populares. Estamos cerca de un acuerdo por el precio de la carne". Fuentes cercanas indicaron que serían ocho los cortes: varios parrilleros, otros de consumo cotidiano para milanesas y otros para guisar. El objetivo sería ofrecerlos con descuentos de 25 a 30%.

Inflacionario todo

Urcía dijo entender la preocupación de las autoridades sobre el precio de la carne, que terminó el 2020 en alza, pero aclaró que no es el alimento el que impulsa los índices de inflación sino al revés. "La sensación de que algo está caro tiene que ver con el poder adquisitivo del salario, entonces cuando le echamos la culpa a los alimentos lo que estamos haciendo es disfrazar los problemas de la economía", criticó.

A su vez, reflexionó que en un país inflacionario la recomposición de precios en las cadenas productivas es necesaria, porque de lo contrario no se produce. Por lo tanto, "el efecto es el contrario, se produce un desaliento". Lo comparó con la prohibición de despedir, que frena la generación de nuevos empleos y se termina por extender la marginalidad en el mercado laboral. "Hay que tener mucho cuidado cuando se interviene, porque si no se lo hace adecuadamente produce lo contrario al efecto buscado".

Antes de conocerse las negociaciones, y con el antecedente inmediato de los "precios máximos", los rumores anticipaban una intervención del gobierno en el mercado de la carne. Por eso Urcía advirtió que el actual no es el peor momento para el consumidor argentino y que una mala decisión sería muy peligrosa. "El precio relativo más caro de la carne bovina en el Siglo XXI se dio en 2011, cuando el salario pudo comprar la menor cantidad de kilos de carne: 106 kilos", afirmó. Eso ocurrió -agregó- porque la intervención dio paso a una liquidación de hacienda, escasez de oferta y precios caros.

Asistencia selectiva

También consideró que programas como "Carne para Todos" es "dilapidar esfuerzo", porque subsidia a gente que no lo necesita. En cambio, dijo, si hay necesidad de apoyar a población necesitada "la tarjeta Alimentar es una buena herramienta porque hay un trabajo social por detrás que determina el estado de necesidad de una familia, se le da la tarjeta para comprar alimentos y recibe los recursos".

En cuanto a la situación del negocio, indicó que la faena en la primera quincena de enero "ha sido floja", por el reacomodamiento de precios, y que "probablemente estos sean los valores de referencia de todo el trimestre".