Fue en el 1° Remate de Reproductores Caprinos y Ovinos en Tostado, evento que siguieron más de 2.800 personas por internet. Se vendieron 70 reproductores de 3 cabañas, que se repartieron en 10 provincias argentinas.
Juan Manuel Fernández
La obligada virtualidad que impuso la pandemia a muchas actividades sirvió para potenciar los remates de hacienda, incluso los de especies menores. El sábado 27 de marzo una subasta de genética ovina y caprina en Tostado logró precios récord y ventas hacia 10 provincias de la Argentina.
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El evento fue organizado por Cabaña "El Sapucai" de Machagai (Chaco), propiedad de Orlando Guastalla, con genética de pedigree que alcanzó valores de élite: $600.000 pagó un cabañero catamarqueño por un macho Boer, raza que promedió $260.000 en machos. También se destacaron reproductores ovinos de la raza Black Dorper: un macho se pagó $450.000 y $475.000 una hembra.
"Indudablemente este sistema de remates que combinan presencialidad con virtualidad llegaron para quedarse", indicó a Campolitoral el médico veterinario José María Perren, y precisó que por streaming participaron 2.886 personas, además de las 150 que asistieron al predio de la Sociedad Rural tostadense.
Como invitadas, también participaron la cabaña Boer "Don Antonio" de Hugo Medina (Tostado), que aportó reproductores Puros por Cruza que promediaron $125.000 con un máximo de $195.000; y "La Constancia", de la raza ovina Hampshire Down, de Roberto Gallo (Runciman, departamento General López), que promediaron $135.000 en machos y $100.000 en hembras.
"Muchos me decían en la zona que no habría quien pague, por ejemplo $100.000; y un chivo Boer Puro de Pedigree se vendió a $600.000", celebró Perren. "Es un valor muy alto para un productor de cabritos para carne; evidentemente lo compraron para padre de cabaña", aclaró. En cambio, los productores de carne fueron los compradores de reproductores PC, en un rango de $70.000 a $100.000.
El remate fue "muy bueno" y los 70 reproductores se vendieron todos en "cuatro horas treinta y seis minutos", detalló el veterinario. "Ha sido un remate de Élite en el que las cabañas más chicas buscaron proveerse de genética, ya que Orlando Guastalla, propietario de El Sapucai, ha importado animales de Nueva Zelanda y más recientemente desde Paraguay; eso significa que se está abriendo la sangre en ovinos y caprinos a nuevas líneas", evaluó.
Los reproductores PC de "Don Antonio" eran animales más desarrollados, de 4 dientes, y "que quedaron en la zona como reproductores para majadas para producción de cabritos", aunque los dos mejores fueron adquiridos por pequeñas cabañas. "Son valores importantes; mucho más alto de lo que uno imaginaba", dijo respecto de los $70.000/100.000 pagados.
El balance general fue alentador porque denota mayor dinamismo en el sector. "Vemos que hay demanda importante, tanto en caprinos como ovinos; para algo se está haciendo esta genética", dijo Perren. Y aclaró: "no hay un boom, pero sí un marcado interés". Todo un aliciente, ya que se precisa escala para sobrellevar la principal traba para esta ganadería: la producción no alcanza para abastecer una demanda creciente. "Las mayores complicaciones en la cadena se generan porque la producción no alcanza para sostener toda la cadena comercial, por eso hay tantos problemas en las unidades de faena, en los procesamientos de esta carne", explicó.
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