La fuerza de la razón

Federico Aguer

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La UNL firmó un convenio con Productores Unidos de Rafaela

Productores Unidos de Rafaela es un grupo que nace en 2020, luego que un proyecto de ordenanza local promoviera llevar de 200 a 1.000 metros (con un resguardo de 1.000 metros más), la prohibición para aplicar fitosanitarios. La idea excluía del sistema productivo a un área mayor al ejido urbano actual de la ciudad. "Iban a quedar más de 8.000 hectáreas improductivas, en las cuales hay tambos comerciales, cabañas reconocidas a nivel internacional de genética Holando, y el mismo INTA Rafaela con sus 3 tambos, con solo 20 has de 700 para producir", explica Fernando Belinde, referente de la agrupación. A partir de allí, los damnificados decidieron dejar de lado el individualismo, y pasar a la acción.

"Decidimos ponernos a trabajar en conjunto con la Sociedad Rural de Rafaela para armar un plan estratégico. Nos unimos los 26 productores del periurbano, que ya nos conocíamos (pero no tanto), tratando de lograr fortalecer el vínculo, para que esta aberración no trascendiera", agrega Belinde.

En diálogo con Campolitoral, recuerda que ya habían tenido algunas charlas y experiencias, cuando llevaron el límite a 200 metros, con todo lo que eso implicó para tantas zonas que quedaron improductivas.

"Quedó todo al abandono, porque no se puede producir allí", explica, y agrega que el caso de Sri Lanka es emblemático, "por pretender llevar todo 30 años para atrás, cuando la evolución de la tecnología hoy es ampliamente superador".

De allí que lograron agruparse tratando de llegar a la comunidad, a través de la prensa y con la base científica como respaldo. "Fue un trabajo muy arduo, pero a fines de 2021 logramos que se sancionara una ordenanza superadora, que en vez de sacarnos esos 800 metros más que se habían propuesto, logramos retroceder de esos 200 a 50 metros. Para trabajar con productos biológicos, orgánicos y con un sistema de fertilización".

Según afirmó el productor, a veces la comunidad "no sabe cómo trabajamos", pero manifestó que el sector productivo, junto a la industria y el comercio, son los sectores más importantes del país, "y nosotros trabajamos siempre para tratar de mejorar, logrando hacer las cosas bien y comunicando mejor".

En este sentido, lamentó que es increíble que en el mismo sistema educativo se les baja a los chicos un mensaje contra el campo. "A veces estamos involucrados en nuestras empresas para producir. Pero hay que empezar a dejar un poco de lado el aspecto estrictamente productivo para empezar a involucrarse en las entidades intermedias y en otras instituciones porque desde allí debemos construir para un mejor futuro", lanzó como mensaje final.

Comunicación activa

Marcos Delfabro es otro de los integrantes del grupo, y remarcó que la idea desde el inicio fue trabajar sinérgicamente y de forma proactiva, "que son dos términos empresariales pero que los hicimos propios". Y detalló que no fue fácil el proceso de aprendizaje y conocimiento mutuo. "Conocernos los 26 productores, asimilar nuestra problemática, y plantear un camino, un horizonte. Que estuvo de la mano de la ciencia como principal premisa: no a la confrontación, sino la demostración".

Para lograrlo, entendieron que el acercamiento del campo a la ciudad era comprometerse a hacer las cosas bien, y abriendo las puertas para que la ciudad se acerque al campo. "Creo que el secreto estuvo dado por no demostrar cosas que no son, y partir del concepto que el campo no hace mal las cosas, porque somos el campo y vivimos en él".

En este sentido, Delfabro reconoció que a los productores se les invierte la carga de la prueba. "Partimos del hecho que se juzga nuestra actividad, y tenemos que hacer el esfuerzo de demostrar nuestra inocencia, a diferencia del resto de las actividades. Por eso el esfuerzo es doble".

También reconoce le importancia de armar equipos y buscar la contención en las instituciones. "Por eso, de la mano de la Sociedad Rural local supimos tener un desarrollo hacia la comunidad penetrando en los lugares de decisión".

Y explicó que de entrada definieron dos "target" muy marcados: la política (7 concejales "a quienes había que brindarles toda la información"); y a la comunidad. Particularmente los jóvenes, "para que se acerquen al campo y vean cómo trabajamos". Por último, aceitar el contacto con la prensa, para que a través de ese instrumento pudieran llegar a la comunidad toda, "para que se haga del caso como propio, y hoy lo podamos proyectar a más de 250 comunidades que tenemos en la provincia de Santa Fe".

Delfabro admite que parten de la idea que es importante comunicar bien. Por eso se basaron en quiénes saben hacerlo. Contrataron una agencia de comunicación para diseñar una estrategia en Redes Sociales.

"Pero hay que generar contenido interesante, y a partir de allí apuntamos a llegar a los jóvenes, reconociendo que las redes son determinantes para eso. Redes y una fuerte presencia en medios masivos dando todas las entrevistas que podamos, y abiertos a todo. Necesitamos que el campo abra sus puertas con diálogo y demostración, no siempre cerrados en nuestro propio negocio", reconoció.

En Palermo

"Un caso de estudio que ya impactó a nivel global", tituló su comunicado de prensa la Universidad Austral, que a modo de invitación a toda la comunidad de agronegocios y público en general, a lo que fue la presentación del "Modelo Rafaela" en la mismísima Exposición Rural de Palermo. El caso testigo se presentó ante una atenta audiencia conformada por productores de diferentes regiones, socios, especialistas, expositores y una llamativa repercusión en prensa nacional con transmisión en vivo por el canal "CentroFerial TV La Rural" .

El caso fue expuesto bajo el nombre: "El cambio de regulación de fitosanitarios en Rafaela: UrbanRural Clash", en el que se abordan problemáticas generalizadas en los sistemas productivos periurbanos de Argentina y plantea, de manera más amplia, enfoques para abordar problemas complejos - donde se mezclan aspectos técnicos, empresariales e ideológicos - brindando a los lectores la oportunidad de pensar en estrategias para hacer frente a temas controversiales, en los que la producción agrícola pierde legitimidad y credibilidad. El caso de estudio fue recogido por investigadores del Centro de Agronegocios y Alimentos de dicha Universidad, ya que por su relevancia, está aportando experiencia a nivel internacional.

Pero el tema no quedó ahí. De hecho, el caso fue presentado en un congreso internacional en Costa Rica, donde despertó el interés de gente de Brasil, Centroamérica, EE.UU., Canadá e incluso Europa. "Son lugares que ya comenzaron a tener el mismo problema", afirmó Bernardo Piazzardi, profesor de la Austral y uno de los autores del caso. Cabe acotar que formaron parte del equipo firmante de este "teaching case", el también profesor Marcelo Paladino y la Investigadora Carolina Beltramino.

Un caso de estudio

La especialista resaltó a Campolitoral su nexo natal con Rafaela y la trascendencia de lo logrado por el grupo. "El caso ilustra los desafíos asociados a la desconexión entre los Agronegocios y la población urbana, la política y también las instituciones, y la necesidad de involucrarse cada vez más en problemas que no están directamente relacionados con la producción, para poder sostener la actividad". La misma remarca que el principal aporte del caso son las herramientas que brinda en términos de sostenibilidad, ya que permite entender el nuevo rol que cumplen los emprendedores como un paso previo necesario para comenzar a trabajar en la promoción de redes de consenso.

En lo particular, confesó que a nivel profesional se encontraba arrancando la vinculación con la Universidad Austral. "Conocí a sus autoridades y me contaron sobre la necesidad de encontrar casos que fueran de interés y que aportaran soluciones a problemas que se plantean en el sector. Y yo soy de Rafaela y conozco a los integrantes del grupo", admitió.

Así fue que lo más relevante del caso para ella fue ver cómo un grupo de productores que por lo general no están tan organizados (más bien desarticulados y sin vínculos con la sociedad), pudieron organizarse coordinadamente, y generar una red de legitimidad. "Cuando vos sos el acusado, necesitás de una red que te valide y potencie en lo que querés decir", expresa.

"Yo, como testigo, me sorprendí con la esperanza que permite soñar con que se puede lidiar con este tipo de problemas complejos. El dato relevante es la experiencia que habían tenido con los 200 metros, por lo que ellos sabían que iba a ser cada vez mayor. Por eso, generaron un fuerte compromiso".

Apoyo institucional

Por su parte, June Thomas, de la rural rafaelina, admitió que se trató de una tarea bastante ardua, "pero el esfuerzo de todos nos unió para rebatir esto que nos causaba un perjuicio tremendo para nuestra ciudad, nuestra región y nuestras tierras". Y agregó que pudieron hacerlo, gracias a que los productores hayan dejado su aislamiento y se hayan vinculado para unirse.

"Unirse con los otros productores, porque ante una amenaza se puede y se debe proteger lo que más valor tiene para nosotros y nuestros hijos que es la tierra. Es muy importante poder encontrar la fuerza en los demás".

Thomas explicó que se unieron con la Rural en acciones complementarias pero no iguales, ya que la entidad que los representa se vincula con la sociedad de una manera especial. "Nosotros como productores podemos abordar la temática desde otro punto de vista, ser más combativos, alertar a la política, explicarles cómo producimos, etc. Es que no hay conocimiento de lo que hacemos, necesitamos informar".