"Falta incorporar tecnología" 

Federico Aguer

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Según el Ing. Agr. Juan Carlos Favaro, el cordón frutihortícola santafesino se encuentra trabajando con total normalidad. "Tuvimos una temporada buena desde el punto de vista productivo y de los precios", le dice a Campolitoral, y agrega que si bien la superficie productiva no crece, se mantiene y se está trabajando bien. "Estamos en plena producción", asegura.

Por estos días se está produciendo todo lo que es la verdura de hoja, y ya se está preparando todo para los cultivos de primavera como el zapallito, la berenjena, el tomate, el choclo y la chaucha. "La producción viene bastante bien porque no tuvimos ningún accidente climático, y al contar con equipos de riego se pudo mitigar la seca del año pasado", destaca.

Actualmente, el cordón productivo de la capital provincial consta de unas 1,200 a 1,500 hectáreas con unos 250 productores en actividad. La cantidad inclusive ha aumentado sobre todo en cuanto a los productores pequeños, en detrimento de los más grandes. "Los de mayor escala han ido desapareciendo o se han ido achicando", explica Favaro, y detalla que por lo general, quienes siguen en actividad son empresas chicas con mucha mano de obra familiar.

En este sentido, destaca que es una producción donde la presencia constante del productor es muy importante, "porque si hacés un producción chica y controlada producís mejor, vendés mejor, y sos más eficiente. El control se va diluyendo en la medida que se agranda el establecimiento", agrega.

Deudas y fortalezas

A la hora de manifestar los problemas internos, el Agrónomo enfatiza que claramente la zona ha quedado tecnológicamente atrasada, lo que hizo que la superficie haya mermado mucho, sobre todo en cultivos como el tomate, donde por falta de esa tecnología (sobre todo invernaderos, riego por goteo, o mecanización), no se haya podido crecer.

"Son equipamientos costosos y hay desconocimiento. Además hay falta de asesoramiento profesional independiente, generalmente ese equipamiento entra por la venta de insumos", pero no por una planificación o apoyo de capacitación.

Justamente, apuntó a un impacto "muy bajo" de las entidades oficiales a la hora de colaborar en el crecimiento del sector. "Todo el desarrollo tecnológico viene de la mano de las empresas", lamentó. Y opinó que la pandemia ha agravado un problema de arrastre en toda la administración pública a nivel nacional. Por último, se defendió como docente de la UNL, al expresar que la universidad difícilmente pueda hacer extensión por falta de gente: "los docentes están abocados a la docencia y a la investigación, la extensión queda relegada a último lugar". Aquí, Favaro distingue dos aspectos claros: por un lado la falta de disposición de los organismo públicos a generar planes y cumplirlos apoyando al productor. Pero por otro lado, la falta de una demanda activa del productor.

Aspectos a mejorar

En cuanto al impacto de la pandemia, Favaro insiste con que la cadena se mantuvo funcionando a pleno, no redujo su producción "y eso es muy importante". Sin embargo, vuelve con el desafío más importante del lado del desarrollo tecnológico, para poder ponerse en sintonía con otras áreas del país. "Eso cambia mucho la calidad del producto y la productividad".

Finalmente, manifiesta que otro aspecto que perjudica al productor, y es que están más atrasados con respecto a los sistemas comerciales. "Ha habido una involución, en la que el productor ya no participa de los mercados lejanos. Se vende directo en el campo sin información de los precios. Esa es una ventaja para los intermediarios, pero no para el productor, que antes participaba de ese diferencial de precios y ya no lo hace más".