Rafaela aportó reflexiones de fondo

Rafaela fue la excepción a la quietud que, excepto en Armstrong, reinó en la provincia de Santa Fe durante la Jornada Federal de Demandas y cese de comercialización de granos y hacienda que se desarrolla este miércoles 13 de julio.

En la cabecera del departamento Castellanos, la Sociedad Rural local, junto a las de Humberto Primo y Sunchales, más la delegación Presidente Roca de FAA y la nóvel organización Productores Unidos de Rafaela (surgida para defender a los periurbanos, ante la amenaza del uso político del ecologismo), realizaron un breve acto en el que hicieron uso de la palabra Norma Bessone, presidente de la rural, y Marcos Del Fabro por PUR.

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"Señores... en este país lo único que crece, desgarrando la sociedad, es la pobreza y todas las consecuencias que ella acarrea...", dijo la ruralista. Y puso énfasis en la incertidumbre como sentimiento rector de las conductas de los argentinos. "No somos libres de adquirir genuinamente lo que necesitamos ni de planear un futuro cercano de trabajo, estudio, educación... para nosotros... y menos para nuestros hijos, que lamentablemente ven en Ezeiza su futuro...", lamentó. 

Frente a una veintena de asistentes, en su mayoría gente mayor, Bessone reflexionó sobre la palabra "crecimiento", término al que "le robaron su sentido, porque ningún argentino se la plantea en este país...". Para peor, "además nos mienten y faltan el respeto negando la realidad y subestimando nuestro entendimiento y nuestros esfuerzos diarios".

Tras enumerar la falta gasoil y de insumos, la inflación, la diversidad de monedas, la sequía y hasta "un Proyecto presentado por el Senador Parrilli que aspira sumar otra retención encubierta", la dirigente reclamó: "Señores... Dejen de sepultar la cultura del trabajo con sus irresponsables decisiones, abandonen la costumbre de mostrar que el esfuerzo, la educación y valores como la honestidad no son viables".

Finalmente Bessone planteó la necesidad de un compromiso real de quiénes son gobierno y de quiénes aspiran a serlo "para elaborar inmediatamente un Plan de Estabilización de las Variables Macroeconómicas; necesitamos previsibilidad y recuperar la tan ansiada certidumbre en un país que hoy nos duele muy profundo". Y terminó reclamando a la clase dirigente "señales de que esta vez será en serio? por eso nos convocamos bajo la celeste y blanca... porque el tiempo es hoy...".

A su turno, Del Fabro le habló a la clase política. "Debemos recordarles que es tiempo de que cumplan" una lista de obligaciones: trabajar por el bien común, administrar los recursos con responsabilidad, que sepan planificar y sean consecuentes con eso, que diseñen políticas de estado y las cumplan, que "no son dueños de nada, y menos de nuestra confianza"; que las elecciones son una manera de seleccionar personas idóneas " y no carreras para festejar cada cuatro años como un fin en sí mismo"; y por ello "las elecciones no se festejan" sino que marcan "el inicio de un trabajo"; y que "si eligen dedicarse a solucionar nuestros problemas no pueden traicionarnos..". Y remató : "quien no esté a la altura no es merecedor de ese puesto".

Acto seguido, el producto enumeró varias pruebas de mal desempeño de los funcionarios. "Una Argentina improductiva, con bidones y no surtidores. Con maquinarias sin piezas, ni precios, ni tiempos de entrega. Con ruedas sin cubiertas. Con una pseudomoneda y nueve formatos y colores de dólares. Con impuestos que entierran como el yunque en el agua. Con vacíos crediticios o tasas impagables. Con una inflación real, anual, palpable, indiscutible y vergonzosa cercana en el corto plazo a los tres dígitos. Señores no están haciendo bien su trabajo. no hay más tiempo para advertencias o nuevos recordatorios. Es el momento de escuchar y actuar".

Pero Del Fabro no se quedó sólo en la demanda, sino que aportó propuestas: "dejen producir a las manos que lo saben hacer; dejen fabricar a quienes dominan el oficio; alienten a los jóvenes a creer, inventar y hacer realidad lo que sueñan; convenzan a los viejos de que no lo hicieron en vano, que valió la pena su esfuerzo". 

Para concluir, pidió "más gobernanza", entendida como la eficacia, calidad y buena orientación de la intervención del Estado". Entre los elementos fundamentales para lograrla mencionó: la transparencia, la legalidad, las políticas sólidas, la participación, la rendición de cuentas, la capacidad de respuesta, así como la ausencia de corrupción y delitos. "¿Es pedir demasiado? No, es exigir lo básico".