30 de Agosto de 2022 13:32 HS
Actualidad

El gobierno le anunció a los molinos harineros el fin del fideicomiso triguero 

Se lo comunicó esta tarde la Secretaría de Comercio Interior, al mando de Matías Tombolini, a las 3 cámaras nacionales del sector. El fondo, constituido con un incremento de las retenciones a la harina y aceite de soja, se orientará a subsidiar a las panaderías.

El gobierno nacional decidió dar de baja el llamado "Fideicomiso Triguero" y el dinero recaudado para su conformación será redireccionado hacia la industria elaboradora, persistiendo en la finalidad original de controlar el aumento de precios de los productos panificados.

La confirmación fue transmitida en la tarde del lunes 29 de agosto a los molinos por el Secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, en el marco de un encuentro con las autoridades de las 3 asociaciones que agrupan a la industria a nivel nacional: la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), la Cámara de la Industria Molinera (CIM) y la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Molineras de la República Argentina (Apymimra). 

Según relató el presidente de Molino Matilde, René Mangiaterra, la convocatoria fue para comunicar que el gobierno "da de baja el FETA tal cual fue concebido y tratará de instrumentar a través de las panaderías un sistema para que los consumidores accedan a poder comprar pan a valores más bajos".

Formalmente denominado Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), el mecanismo se constituyó con lo recaudado por un aumento en las retenciones a la exportación de harina y aceite de soja, del 31 al 33%, durante la gestión de Roberto Feletti al frente de Comercio Interior. El objetivo era subsidiar la bolsa de harina a salida de fábrica para contener la suba del pan, pero sólo unas pocas industrias adhirieron; mientras una gran mayoría advirtió la inconveniencia de reiterar fórmulas ya fracasadas.

La noticia del levantamiento del FETA se conoce tras un comunicado de la Cámara de la Industria Molinera en el que piden su eliminación, argumentando que se trata de "una herramienta inútil que fracasó". Sobre todo porque "a la mayoría de la industria le resulta imposible ingresar a un sistema que le exige financiar su producción y que, en caso de cualquier atraso en los pagos por parte del Estado, le ocasionaría lisa y llanamente una súbita descapitalización".

Mangiaterra reveló que "a partir de la publicación" de este documento: "nos han comunicado a las 4 de la tarde que el FETA como tal va a quedar sin efecto". Y agregó: "ahora lo que van a hacer con esos fondos recaudados van a compensar directamente a los panaderos".

El industrial santafesino explicó que el mayor descontento con el mecanismo en la actualidad es la alteración del mercado harinero, por cuanto las 10 firmas que se sumaron -entre 160 que hay en todo el país- venden mercadería a precio subsidiado. "En Molino Matilde nos perjudica en la franca competencia o el libre mercado", dijo, porque deben competir contra un precio artificial, "30 y pico porciento menor a los costos totales que tenemos la mayoría de los molinos". Además, destacó que entre estas empresas está la más grande, con 24% del mercado (Molino Cañuelas). "No en la magnitud de otros molinos, pero sí hemos sentido" -sostuvo- un impacto en las ventas.

La otra explicación necesaria es por qué la gran mayoría no se sumó al FETA. "En la molinería tenemos la experiencia", indicó Mangiaterra, sobre los subsidios implementados en su momento también para feedlots y empresas avícolas "que terminó en un desastre". Por lo tanto, "viendo la posibilidad de que esta situación termine igual es que rechazamos desde el inicio esta pretensión del Estado".

En la práctica "no quisimos tomar el riesgo", dijo, ya que el mecanismo implica que la empresa venda a un precio menor pero la compensación se liquida -si llega- meses después, lo que significa un bache financiero muy peligroso. Hace una década, contó: "terminamos no cobrando; y a nosotros, pequeños porcentajes nos pueden llevar a una situación desastrosa".

Incluso afirmó que "las 10 empresas que entraron (al FETA) están con problemas de cobro, porque el Estado es un paquidermo y pasa eso: no cobran en tiempo y forma". Y con las tasas actuales, "salir a financiarse y esperar la restitución de lo que uno pone es impensado".

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