Son pymes que proveen aceite a las fábricas de biodiesel y expeller a establecimientos de producción animal. Según el gobierno no pueden pagar la materia prima con el tipo de cambio al que acceden los exportadores. Advierten que de no corregirse esta anomalía "la gente va a terminar quedando en la calle" y "el famoso valor agregado en origen no se va a conseguir".
Juan Manuel Fernández | [email protected]
Los extrusores de soja, principales proveedores de la industria pyme de biodiesel y de expeller para alimento animal, quedaron embretados por el "dólar soja" y salieron a pedir públicamente que se normalice el mercado.
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Tras la instauración del tipo cambio diferencial, de $200 por dólar, sólo para la soja con destino a exportación, y a pesar de la pretensión del gobierno de establecer dos precios FAS para la oleaginosa, los industriales advierten que no pueden competir en estas condiciones con la grandes empresas exportadoras y que de no corregirse esta anomalía "la gente va a terminar quedando en la calle" y "el famoso valor agregado en origen no se va a conseguir".
Bajo el título "Massazo a la agroindustria pyme del interior", las cámaras extrusoras de Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Buenos Aires alertaron al gobierno que "el mercado de la soja es uno solo" y, por lo tanto, es fútil la normativa que aspira a establecer dos precios para un mismo producto, en referencia al anexo del Decreto 576 que estableció dos precios FAS para el poroto, así como la imposibilidad de aplicar el "dólar soja" a subproductos como expellers o alimento balanceado. "Rechazamos el intento de desdoblar la referencia de precios del mercado de la soja, por considerarla arbitraria, voluntarista y distorsiva", protestaron.
En diálogo con Campolitoral, Marcelo Conde, presidente de la Cámara Industrial de Extrusado y Prensado de Santa Fe, puso en evidencia la extravagancia oficial de publicar dos precios FAS para la soja, ya que sería muy difícil encontrar un productor que decida vender al valor más bajo. "Lógicamente si no es a ese precio el productor no vende", sentenció. Y aclaró: "uno, por ende, no va vender el expeller a otro precio que no sea el del dólar soja". Pero corren el riesgo de que "al tomar el precio nuevo se va a caer la venta" de sus productos, como el expeller, "porque a los tamberos y al resto no les va a dar".
Conde también planteó: "fomentaron toda la venta en septiembre ¿qué vamos a hacer a partir de octubre?". El enigma es qué pasará una vez que termine (si así ocurre) el Programa de Incremento Exportador (PIE) a fin de mes. ¿Alguien venderá soja? ¿A qué precio? Suponiendo que el programa finalice, "¿quién va a convalidar un precio de $48.000 cuando vendió hace dos días a $68.000"?, se preguntó el industrial.
En realidad los extrusores, que en Santa Fe son aproximadamente 100 empresas que muelen 1.2 millones de toneladas anuales de soja, creen que "esto vino para quedarse" y los precios quedarán convalidados a $200 por dólar. "Lo cual va a terminar en inflación, porque el maíz va a pedir la misma convalidación, el trigo lo mismo y todos los productos, creemos, que van a terminar en una devaluación", anticipó Conde. Y si el tipo de cambio volviera al oficial, "en octubre, noviembre, diciembre no creo que tengas ventas de soja".
Otra complicación es que muchas plantas extrusoras tienen soja acopiada "a fijar" de productores con los que se tuvieron que "sentar a charlar", porque por un lado el productor quiere este precio y por otro las plantas todavía no la molieron. "Y si esto (el dólar soja) no sigue en octubre vamos a pagar una soja de 68.000 para trabajar a 48.000", explicó Conde.
Por lo tanto, los extrusores se asumen complicados por varios frentes: quien tenía la soja entregada quiere fijar al dólar especial pero ellos no lo pueden usar; o porque no se consiga soja en el futuro inmediato.
"Veníamos bien y esta medida nos pegó de lleno", sostuvo Conde. "Tenemos que ver al 30 de septiembre si hay algo antes o con qué medida saldrán, porque realmente lo que nos preocupa es lo que falta de acá a la campaña nueva", dijo en referencia a cuanta mercadería va a quedar en el mercado y a qué precio.
"Si la medida llegó para quedarse, realmente la situación nuestra es crítica y la gente va a terminar quedando en la calle; porque no vamos a poder competir directamente y el famoso valor agregado en origen no se va a conseguir porque no van a dar los números contra alguien que exporta", concluyó.
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