En una jornada a campo presentaron los aspectos más relevantes de un manejo que combina la aplicación de fitosanitarios con un trabajo mecánico y un novedoso sistema eléctrico que promete.
Federico Aguer
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Como parte del CREA Montecristo (Córdoba), la empresa Curupaiti junto con el establecimiento Monte Seco y BASF organizaron una charla a campo para medir el impacto de una estrategia integrada de malezas. Lo novedoso fue le planteo de una paleta de tácticas de manejo que combinan la aplicación de fitosanitarios; un trabajo mecánico y un novedoso sistema eléctrico.
La borreria es una maleza proveniente de las regiones tropicales y subtropicales de África, Asia, América y Australia, que pertenece a la familia Rubiaceae. AAPRESID la incluye dentro de las hierbas anuales o perennes con tallos tetrágonos o sub-cilíndricos, hojas opuestas con estípulas unidas en una vaina, inflorescencias en glomérulo, fruto capsular y semillas pequeñas, a veces surcadas. En los herbarios de Argentina se citan más de 40 especies, subespecies y formas. De difícil diferenciación en el campo, se han inventariado en relevamientos recientes y sus nombres vulgares son "Botoncito blanco" o "Rubia" y "Yerba del pollo". Sin embargo, lejos de lo simpático que pueda parecer su apodo, se está transformando en un serio dolor de cabeza para muchos productores, que ante el explosivo crecimiento en algunas regiones, decidieron juntar fuerzas para ponerle freno.
En carne propia
Así lo explica Adriana Arnaldo, propietaria del campo donde este yuyo se instaló con fuerza. "Esta maleza hace 20 años que está en esos lotes, arrancó ahí y en los diferentes controles fitosanitarios era la que nos quedaba, hasta que las empresas empezaron a tener pedidos y reclamos de otras zonas donde la veían y empezaron a hacer pruebas, respecto a productos para combatirla", explica.
La productora agrega que comenzaron a hacer algunas pruebas mecánicas con las herramientas que tenían a mano, y luego con estos nuevos carpidores, junto con la última novedad del tratamiento eléctrico. "Veníamos escuchando de su existencia, pero nunca la habíamos visto trabajar. La verdad es que nos llamó la atención, y quisimos integrarlo. Como toda prueba nueva, para ellos también es la primera vez que lo hacen sobre esta maleza, así que estamos midiendo su impacto".
Adriana explica que borreria es una maleza muy presente en varias provincias, ya que se adapta muy bien a diferentes climas y suelos. "La venimos manejando con rotación y con productos que funcionan bien: con la siembra muy cerquita del control para que el cultivo le pueda ganar y desarrollarse. El mayor problema lo tenemos con soja no tanto con maíz", admite.
Es que el daño más grande lo produce en años secos. Incluso, puede llegar a causar pérdidas totales en el lote. "Es muy competitiva, se adaptó y está naturalizada con un sistema radicular que no es fácil de controlar". Por eso es que suman tecnologías y procesos en la estrategia de control. "Si el sistema funciona para ahorrar alguna aplicación de fitosanitarios, nos permitiría competir un poco más. La novedad es que hay varias estrategias, pero ninguna funciona por sí sola, sino de forma integrada, que también se puede ir modificando". Todos coinciden en que es compleja y hay que estarle encima en años secos, y este año vaya si lo es.
Trabajo en equipo
Marcelo Valdez es el titular de Curupaiti Agropecuaria, y remarcó que la borreria es una maleza muy difícil de controlar. "Entonces en conjunto con otras empresas nos propusimos pensar una jornada diferente para no caer con una sola manera de atacarla, sino de hacerlo de forma integrada. Y para eso vemos distintas combinaciones y novedades en materia de fitosanitarios, y todo ello con control mecánico (carpidor), y un método eléctrico, algo muy innovador".
Valdez reconoce que están comprobando que con un solo producto y una sola metodología ya no la pueden prevenir. "Vemos que con nuevos productos y con el control mecánico (el carpidor bien calibrado y bien pasado en un momento exacto de la maleza) los controles son muy satisfactorios".
De allí que afirma convencido que "necesitamos un trabajo conjunto con productores, proveedores de insumos, la Universidad, para conocer la biología de la maleza, su funcionamiento, y las herramientas mecánicas vuelven a ser una opción, por supuesto que cuidando la estructura del suelo".
Anuncio importante
Daniel Ulla, responsable Técnico de BASF, anticipó que están lanzando un nuevo herbicida. Se trata de Voraxor, el herbicida desarrollado para barbechos de soja, maíz, trigo y cebada. Malezas como la Yerba carnicera y el Yuyo colorado pueden ser un problema que afecta el normal desarrollo inicial de los cultivos. "Por eso, es importante contar con las herramientas adecuadas para controlarlas", afirma. Y agrega que se trata de un herbicida para barbecho en soja, maíz, trigo y cebada, para un contundente y rápido control de malezas y con un excelente efecto de persistencia sobre las malezas de hoja ancha aún no emergidas. Por su excelente selectividad se puede aplicar hasta el día de la siembra. Ulla remarcó que pese a esto, es vital abrir la cabeza a manejos integrados.
Por último, reconoció que "ya que estamos en el mundial, a la borreria no le podemos salir a jugar el mismo partido todas las veces, hay que cambiar las estrategias. Y la estrategia química es muy importante, pero está muy bueno no dejarlos solos a los herbicidas y combinarlos con otros métodos de control".
A su turno, los hermanos Eugenio y Esteban Allende, del CREA Montecristo, también reconocen que son malezas que cada vez son más difíciles de controlar, de allí la importancia de estas nuevas tecnologías. "Esta máquina está buenísima, pero hay que usarla sólo cuando no está el cultivo implantado". Además, reconocen que con el auge de los no agroquímicos, llega en un momento justo. "Al usar conductividad no deja residuos químicos que los mercados castigan. Los momentos ideales son cuando hay mucha humedad (a la madrugada o a la tardecita). Igualmente reconocen que el manejo integrado es lo ideal, porque una sola cosa no alcanza. Como el caso del carpidor. "Castiga a las malezas con raíces pivotantes, y es más económico. Es muy superficial, a 5 cm y no da vuelta el suelo, no lo remueve, solo corta la raíz no invierte el perfil del suelo. La cobertura queda intacta. Son tecnologías ideales para los periurbanos", reconocen.
La chispa anti yuyo
El Ing. Agr. Pedro Torre forma parte de la empresa AT, desarrolladora de este novedoso equipo, y recordó los orígenes del emprendimiento. "Mi viejo en 2016 empezó a ver qué cosas había en el mercado en materia de control eléctrico de malezas. Y en un viaje a Brasil fue a ver una máquina que estaban desarrollando, la que más tarde decidió traer a la Argentina y aplicarla a la Siembra Directa".
Torre explica que son de la zona de General Deheza / Las Perdices, y que desde allí empezaron a desarrollar esta idea. En sus comienzos estaba hecha para trabajar en cultivos intensivos y en ciudades para controlar parquizaciones y quemar los yuyos en las zonas urbanas. "Nosotros decidimos llevarla a la Siembra Directa y nos encontramos con un montón de desafíos". Con algunas dudas, pero con mucho entusiasmo, confiesa que en esta jornada "sacamos al campo al primer prototipo, pero que ya tienen en producción 5 máquinas de una pre serie a lanzar (si logramos todo lo que queremos) en marzo del año que viene".
Un fierro
Torre describe al equipo en cajas: la primera es un generador que produce y gestiona la energía, accionado por la bomba de fuerza del tractor. La segunda es una nueva transformación que eleva la tensión y hace la inyección, de acuerdo a lo que se le indique en la plataforma de control que va arriba del tractor. "Eso inyecta electricidad a la parte trasera, donde tenemos dos polos: uno positivo en la parte de atrás y uno negativo en el disco liso que no produce ningún tipo de remoción del suelo. El circuito se cierra entre el polo positivo, el suelo, la maleza y el polo negativo. El shock eléctrico que se genera en este caso hace el control de la maleza".
Se trata de un control físico, que dependiendo de la maleza puede tener hasta un 90 % del control. "Se tiene que aplicar a una velocidad de unos 4 km/h, pero tengamos en cuenta que no estamos usando fitosanitarios; por lo que no generamos resistencia. Hace muchos años que estamos trabajando en esto y cerca del lanzamiento comercial, muy ilusionados y con muchas expectativas", afirma.
A su turno, Franco Morichetti, el diseñador industrial a cargo del equipo, cuenta más detalles de las reformas, el ensamblado de la máquina y la programación a campo. "Usamos corte láser, tratando de hacer un proceso rápido. Todas las parte de las bandejas están aisladas del chasis. Estamos desarrollando con una matriz de inyección que cuenta con una chapa cortada a láser que es la que hace contacto con la maleza".
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