Si bien la falta de lluvias y las bajas temperaturas permitirán prolongar la campaña 2022, la falta de radiación solar a mediados de año perjudicó la "primicia". A eso se agrega la inflación, que hoy hace que el precio de la fruta esté debajo de la línea de rentabilidad. "Va a ser complicado salir de las deudas y volver a realizar la plantación del próximo año", indicó Miguel García, presidente de la Asociación de Productores de Frutilla.
Juan Manuel Fernández | jmfernandez@ellitoral.com
El clima y el incremento de costos redundaron en una campaña frutillera con números negativos para los productores santafesinos.
Si bien hubo buena calidad de fruta durante la temporada, los rendimientos finales serían menores por una merma de la primicia a causa de la insuficiente insolación durante junio y julio. Sin estos kilos, que son los de mayor precio, y con el incremento en dólares de los insumos, al frutillero "le va a ser complicado salir de las deudas y volver a realizar la plantación del próximo año", indicó Miguel García, presidente de la Asociación de Productores de Frutilla.
En diálogo con Campolitoral, el dirigente trazó un balance de la campaña 2022, que tiene a favor la prolongación en el tiempo útil de las plantas, gracias a las escasas lluvias y las temperaturas inferiores a la media en la primavera. Al respecto, estimó que la cosecha podría continuar hasta diciembre. De todas formas, "cantidad y precio está muy lejos de lo esperado".
García explicó que junio y julio fueron demasiado fríos y nublados, lo que atrasó la cosecha y derivó en una menor cantidad de fruta. Hoy aún queda frutilla por levantar, pero son los kilos de menor valor, destinados a la industria. "Sí, hemos perdido es la primicia", afirmó, principalmente por la falta de días soleados que "dejaron sin combustible" a las plantas.
A la variable climática, el productor sumó el incremento de los costos. "Nos aumentaron los insumos alrededor de 100% y el aumento del producto no llegó ni al 50%, entre 30 y 40%; el combo perfecto para que sea una mala campaña en los números".
Mientras en las calles y rutas de la región se está vendiendo frutilla a $150 el kilo, García sostuvo: "la gente comió barata la frutilla, pero al productor se le va a ser complicado salir de las deudas y volver a realizar la plantación del próximo año". Y añadió: "si la fruta fuese sólo para fresco, hoy no cerrarían los números y se achicarían las hectáreas".
Refirió que los insumos han subido en dólares y, además, muchos proveedores importan con el dólar blue. Y advirtió que quizás los productores no estén viendo la realidad por el vértigo inflacionario. "Por la inflación la gente no sabe dónde está parada y se va a dar cuenta cuando termine la cosecha y vuelva tratar de acopiar los insumos y a volver a hacer la plantación".
En tal sentido afirmó: "en este momento estamos vendiendo por debajo del costo el kilo de frutilla". Sin embargo la cosecha debe continuar porque de lo contrario la ecuación sería peor. "Hay que levantar lo que sea, para que no crezca el costo".
A pesar del cuadro, García valoró que el productor siempre apuesta a que "el año que viene va a ser mejor" y así consigue la financiación entre proveedores, entidades financieras o bien a los puesteros de los mercados.
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