A principios de la campaña apareció bolillera en densidades medias a bajas, que requirió una aplicación química en genéticas convencionales. Ahora se encuentran medidoras (Rachiplusia nu) y militar tardía (Spodoptera frugiperda), sobre todo en lotes de segunda que conservaban gramíneas guachas.
Juan Manuel Fernández | [email protected]
La presencia de orugas en los cultivos del centro santafesino está dando que hablar entre los productores y desde la Agencia de Extensión Rural del INTA en Gálvez brindaron un diagnóstico de la situación.
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El jefe de la dependencia, ingeniero agrónomo Leandro Boero, explicó que mensualmente realizan monitoreos en campos del departamento San Jerónimo, información que complementan con datos que aportan asesores privados de la región.
A principios de la campaña, en las sojas de la zona apareció bolillera en densidades medias a bajas, que fue bien controlada por la tecnología Intacta pero que en materiales convencionales requirió una aplicación química. Se trata de una plaga que suele aparecer en estado vegetativo y luego reaparece en fase reproductiva. "Apareció un poco anticipada", indicó.
Ahora, en los potreros -tanto de sojas convencionales como resistentes- se detectan oruga medidora (Rachiplusia nu) y militar tardía (Spodoptera frugiperda). Sobre la segunda, Boero explicó que no tienen a la oleaginosa como blanco de sus ataques, pero sí se alojan en gramíneas. "Mayormente la estamos registrando en lotes de segunda, en los que tienen presencia de trigo o cebada guachos, o malezas gramíneas, y cuando los productores controlan estas malezas las orugas si no se habían detectado se terminaron convirtiendo en plaga porque al quedarse sin alimento se pasaron al cultivo a generar daños importantes", precisó.
En el caso de las medidoras, en su momento eran bien controladas por las genéticas resistentes. "Pero año a año, se ve que esas poblaciones van creciendo o sea que se va registrando una resistencia de los insectos", apuntó. En los monitoreos, "actualmente se registran recuentos de 20/30 medidoras por paño en sojas a 52cm; mientras hay lotes con baja presión de 2 o 3 orugas solamente". A diferencia de anticarsia o spodoptera, que son más voraces, la medidora "permite esperar un poco más para hacer el control".
Ante la sorpresa que manifestaron muchos productores, que consideraron que la aparición de las orugas se dio en niveles fuera de lo común, Boero estimó que en los años previos había otras plagas características de las sequía, como los trips, que al ser combatidos también controlaron las orugas.
En estas circunstancias "se recomienda un buen monitoreo semanal; en determinados casos, cada tres días", sostuvo el técnico. Y sugirió prestar atención, por ejemplo si se está próximo al umbral de control "y se ve que viene otra camada de larvitas chicas, como se está viendo en algunos casos". Al respecto dijo: "hay que tomar una decisión cuidadosa y acertada porque los controles nunca son del 100%; entonces puede quedar un remanente de orugas que seguirán afectando y requerirá otra aplicación".
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