En su reporte semanal, el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) precisó que la trilla del cereal está un 29% retrasada en los 12 departamentos bajo monitoreo, mientras el avance en la recolección de la fibra en la "zona núcleo algodonera" de la provincia (departamento 9 de Julio) es 11% inferior versus 2022.
Los elevados niveles de humedad ambiente dificultaron el proceso de recolección de maíz de segunda y algodón, últimos cultivos de la campaña 2022/23 en el centro norte provincial, por lo que en ambos casos se destaca un retraso de las tareas en comparación con el año pasado.
En su reporte semanal, el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe precisó que la trilla del cereal está un 29% retrasada en los 12 departamentos bajo monitoreo, mientras el avance en la recolección de la fibra en la "zona núcleo algodonera" de la provincia (departamento 9 de Julio) es 11% inferior versus 2022.
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En particular, sobre la cosecha maicera el informe indica que las condiciones ambientales con elevados porcentajes de humedad generaron ambientes muy poco favorables para la recolección del cereal, por lo que el avance de la cosecha del maíz tardío fue muy escaso y limitado. Se alcanzó un grado de avance del 11 %, con un adelanto semanal de 1 y un retraso de 29 puntos, comparado con la campaña pasada.
Los rendimientos promedio obtenidos oscilaron desde mínimos de 7 - 9 qq/ha a máximos de 21 - 22 qq/ha, con algunos sembradíos puntuales que alcanzaron los 30 a 45 qq/ha, sin variaciones. "Los valores fueron muy heterogéneos, siempre en relación con los montos de las precipitaciones acumulados, particularmente, fueron los maizales sembrados en primera instancia los que obtuvieron mejores resultados".
El proceso de picado/embolsado del cereal de segunda para autoconsumo, también estuvo influenciado climáticamente y se detuvo.
En cuanto al algodón, en la semana el progreso del proceso de recolección "fue lento", sobre todo tras las precipitaciones ocurridas que paralizaron "totalmente" la actividad. A esto se suma que se transitan los días más cortos de la época del año y hay falta de piso en los lotes.
El grado de avance de la recolección en el Este algodonero hasta la fecha alcanza el 95 %. La tarea se localizó en el norte y parte del centro del departamento General Obligado, con un adelanto semanal de 2 puntos porcentuales y 3% más avanzado que el año pasado. No haber podido finalizar las tareas implica para la zona un incumplimiento de la fecha límite fijada por Senasa en el 30 de junio para la destrucción de rastrojos, indispensable en la lucha contra el picudo del algodonero.
En el Oeste algodonero, en cambio, aún no llegaron a la fecha límite, pero están cerca. Allí el avance es del 76 %, con un adelanto de 2 puntos porcentuales y un retraso de 11 en comparación con la campaña pasada. El último plazo para iniciar el "vacío sanitario" (lotes libres de plantas o rastrojos de algodón por 90 días) es el 15 de julio.
Vale decir que en ambas regiones, por pedido de las Comisiones Zonales Sanitarias (CZS) se prorrogaron las fechas originales para la finalización de la cosecha y destrucción de rastrojos, que originalmente eran el 31 de mayo en el Este y el 30 de junio en el Oeste.
Hasta el momento, los rendimientos se mantuvieron en valores mínimos de 1000 a 1100 kg/ha y máximos de 1700 a 1800 kg/ha, pero en algunas parcelas llegaron a los 2500 kg/ha, con valores máximos puntuales en el oeste algodonero provincial de 4.000 kg/ha.
También continuó la aplicación de defoliantes en predios con el 70 % -o más- de las cápsulas abiertas. Y, en algunos casos, se aplicaron preventivamente insecticidas para el control del picudo algodonero.
El SEA destaca, además, que en la provincia el proceso de cosecha se realizó bajo dos sistemas: Stripper, utilizado en el 100 % de la zona Este; y tipo Picker (con husillos), que se utilizó en un 85 a 90 % del total en la zona Oeste, "siempre en lotes de grandes dimensiones".
Con referencia al sistema de carga o poscosecha, en la zona Este el 70 – 75 % utilizó carga convencional, descargando la fibra en el suelo para su posterior carga al camión; mientras que sólo el 25 – 30 % se realizó a través de la confección de rollos. En el Oeste, alrededor del 49 % utilizó carga convencional y el otro 48 % confeccionó rollos. En un bajo porcentaje, alrededor de 2 – 3 %, se realizaron módulos.
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