En el tambo "La Rosalía" de Espinillo Norte, el combo de sequía con el aumento de los insumos dolarizados fruto de los "Programas de Incentivo Exportador" de Massa, obligaron a reducir el plantel de vacas a la mitad. Pero no bajan los brazos.
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El Establecimiento fue informe central de Campolitoral cuando instalaron paneles solares para el auto abastecimiento de energía. Además, el único establecimiento que quedaba como habilitado para exportar lácteos a la UE, se distinguía por su programa de bienestar animal y del personal. Pero el gradual deterioro del escenario productivo en Argentina los obligó a reducir el plantel de vacas a la mitad, hasta nuevo aviso. Sin embargo, hoy siguen apostando al agregado de valor, a través de sus dos sellos de calidad de producción sustentable, que se traslada al dulce de leche de las mejores marcas del país.
La semana pasada, nuestro fotoperiodista Mauricio Garín visitó el lugar, y captó esta singular escena. A paso cansino, la vaca retornando del ordeño a pastar al potrero. En este tambo, como en tantos otros tambos de Argentina, una rutina se repite dos veces por día.
Un ejercicio que redunda en la mansedumbre de estos nobles ejemplares que dan todo en cada jornada de trabajo. Una curiosa postal de los 450 ejemplares que en fila india se transforman en un pintoresco "tren" de casi dos kilómetros que pasan detrás del cartel. Y que el ojo avezado del profesional de la cámara transformó en una historia digna de ser contada.
FOTO: Mauricio Garín
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