Un ritual para volver al origen

Federico Aguer / [email protected]

Simón Spiller es odontgólogo, y junto a sus hermanos trabaja en el consultorio familiar. Sin embargo, como a tantos otros, la pandemia le tenía deparada una sorpresa que le cambiaría la vida: un cambio desde lo espiritual hacia sus raíces.

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"Personalmente se juntaron un par de cosas", admite. "Este trabajo me llegó en plena pandemia cuando teníamos el consultorio cerrado, sino no hubiese conocido esta faceta", agrega.

En ese momento estaban buscando auditores que no sean de Buenos Aires, "y que sea gente que viva bajo las normas de la Torá, para que sea coherente con lo que uno está controlando, y así nos llegó a mí y mi hermano y empezamos con el tema de los lácteos, quesos y dulce de leche. Fuimos aprendiendo, y más allá de la parte laboral me encantó descubrir un mundo nuevo que no conocía absolutamente nada. Para mí fue revelador", admite.

Trabajo de equipo

Spiller explica que hay normas que pide la Torá, en donde se deben cumplimentar los procesos para llegar a un consumo de alimentos bajo ciertas normas, y para ello se necesitan varios pasos. "Me gusta dar el ejemplo que como papá, a mi hijo le pido que cumpla algún mandado. De forma similar, lo vemos como un pedido de Dios para poder consumir los diferentes alimentos".

Y agrega que actualmente son un equipo de 20 personas que trabajan cada uno cumpliendo su rol. "Hay un rabino que es el jefe del grupo que nos pide funciones diferentes, y cada uno con la responsabilidad de caso la lleva adelante. En mi caso, yo estoy en un sector donde tengo que colocar los sellos de las diferentes categorías y eso se lo dan ciertas normas que se revisan previamente. A mí me llega la información con el sello que debe recibir cada media res, que luego sigue el proceso productivo que llega al envase con la clasificación correspondiente. A más tardar en dos días ya está envasada y lista para consumir".

Un mercado que abre puertas

Finalmente, consultado sobre el impacto que esta apertura tiene para ambos países, expresa que desde el sentido común, "Argentina tiene mucho para aportarle al mundo, y esta es una puerta importante, estamos necesitando el retorno que es tan significativo para nosotros, ese intercambio es muy positivo, y no solo en la carne, sino en la industria alimenticia y de hasta la vestimenta en general".