La suba de costos, por efecto de la sequía y las devaluaciones, complica la ecuación económica en los establecimientos de la cuenca central santafesina. A eso se agrega que no hay financiamiento para el sector. Y, cuando se aproxima la primavera y una mejora en las condiciones ambientales que impulsen el volúmen de litros, se notan las fallas en las preñeces por el riguroso verano.
Juan Manuel Fernández | [email protected]
"Todas estas variables hacen que la lechería esté muy complicada y lleva a pensar que muchos productores van a dejar la actividad", sintetizó el vicepresidente de la Sociedad Rural de Las Colonias, Diego Alonso, al trazar un diagnóstico sobre el sector en la cuenca santafesina.
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En el listado de complicaciones, el médico veterinario, quién además preside la Asociación del Litoral de Entidades de Control Lechero (ALECOL), enumeró el encarecimiento del alimento del tambo producto de la sequía y los vaivenes macroeconómicos; la falta de financiamiento; un posible congelamiento (o incluso una baja) del precio que pagan las industrias; y un menor nivel de pariciones, que dificultan el recambio de vacas en ordeñe.
En primer lugar el dirigente explicó que, medida en litros, la actividad aparenta cierta normalidad. Sin embargo, subyace una muy mala ecuación a causa del salto en los costos, más aún tras la devaluación post PASO. "Hay tambos que mantuvieron la producción; también están los de 33 litros (promedio de vaca en ordeñe) y los estabulados", dijo. Pero eso "no quiere decir que no sea mucho más caro producir que en otro momento".
En ese sentido, Alonso recordó que en la campaña pasada fracasaron los maíces para reservas, tanto de primera como tardíos. Eso llevó a gastos extra, como ensilar verdeos, una actividad poco frecuente; o bien a tener que comprar heno fuera del establecimiento. "Darle de comer a las vacas hoy es carísimo, porque tuvimos que salir a comprar fardos, rollos, lo que se consigue; hacer silaje de verdeos, que nunca se hacían y es carísimo", sostuvo.
También mencionó que por las lluvias insuficientes, "no rinden las pasturas ni los verdeos", situación que se suma a que "no hay financiamiento". Además, la post evaluación disparó el precio de los granos, los insumos, la energía y el gasoil.
Es "muy complicado" el panorama para los productores, dijo; y más aún "con un precio mantenido, probablemente, en agosto; incluso hablan de probable baja en el precio de la leche", alertó.
El dato que añadió a este incómodo listado, es el "bache de partos" que anticipa menos litros a los esperados en la cuenca lechera en el corto plazo. A fines de 2022 y principios de 2023, el tórrido verano, con incontables olas de calor, sumado a la escasez de alimento, derivó en que "fue muy floja la preñez; entonces no hay vacas pariendo en esta época".
Por lo tanto, explicó, hoy "no se reciclan las vacas en ordeñe; no hay frescas, recién paridas, que tienen que hacer el pico de producción a 60/90 días". Se trata de los animales que debieran aprovechar las mejores condiciones ambientales de primavera para elevar el nivel de litros en los establecimientos. "Pero lamentablemente estas vacas no están paridas, hay un bache de partos".
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